Manuel Bazó, 24/09/2012
Articolo in italiano
Ven,
vamos a hablar un ratico, te invito a conversar de política. No te
asustes, no voy a intentar convencerte de que votes por Chávez, no
pretendo que a estas alturas saltes la talanquera. Al contrario, tienes
todo el derecho a disentir del Gobierno mientras no olvides que fue
elegido por la mayoría de los votantes venezolanos. De eso se trata la
democracia ¿no?, de respetar la opinión de la mayoría y también de las
minorías. Fíjate que es algo que debemos valorar porque muchos países no
tienen esta oportunidad. El pueblo de Inglaterra, por ejemplo, tiene el
mismo Jefe de Estado desde hace 60 años (la Reina Isabel II) y tampoco
puede escoger su Primer Ministro por voto universal.
Te conozco bien porque te veo todos los días: Estás en mi familia, en mi trabajo, en la plaza, en el mercado… Normal, la última vez que nos contamos alcanzaron el 37% de los votos válidos, que no es poca cosa. Sin embargo, durante años te han hecho creer que formas parte de una mayoría virtual, aunque no sea cierto. Por eso son buenas las elecciones, para volver a contarnos cada cierto tiempo y reconfirmar la voluntad de la verdadera mayoría.
Conozco las “razones” o más bien las
emociones, de tu furibundo antichavismo. He visto el desprecio, la rabia
y hasta el odio visceral, que te produce la sola imagen del Presidente.
Te he escuchado maldecirlo, insultarlo y hasta desearle la muerte. Te
he visto alegrarte con su enfermedad y lamentar su recuperación. Te he
oído despotricar de todas sus decisiones y rechazar automáticamente todo
lo que te huela a Gobierno. Te he escuchado quejarse de que Chávez
habla demasiado, pero hace años decidiste no volver a escucharlo.
Está
bien, no es monedita de oro. Pero aunque no te guste ni un poquito es
el Presidente de tu país. Sus decisiones te tocan directa o
indirectamente, por lo que deberían importarte. Sin embargo, tú
escogiste informarte de mala fuente: a través de rumores y chismes de
tus amigos opositores, a través de información tergiversada televisada o
impresa, antes que hacerlo de primera mano. Esa es tu decisión y aunque
te ahorraría muchos disgustos nadie puede obligarte a escucharlo o leer
sus declaraciones en contexto, ni que hagas el esfuerzo de estar mejor
informado, ni que intentes corroborar lo que escuchas o lees.
Tu
problema es que cuando aceptaste conformarte con una sola versión de los
hechos comenzaste a renunciar, sin darte cuenta, a ser ciudadano.
Discúlpame la franqueza, pero no se puede ser ciudadano y rebaño al
mismo tiempo. Y cuando uno vive en sociedad y deja de ser ciudadano,
delega el entendimiento de los fenómenos políticos, delega la soberanía
mental, entrega su propia independencia. Y de allí a entregar la
Independencia de su país “hay un camino” bien cortico. Finalmente,
incapaz de razonar políticamente, de dialogar con argumentos, terminaste
siendo presa de los perros de la política.
Sé que estás
convencido de que “ese señor” llegó a la presidencia por culpa de los
errores de la 4ta. República y que se ha mantenido tanto tiempo a causa
de los errores de la misma oposición. Déjame recordarte que mientras tú
sientes que tienes que “calártelo” como si estuviera allí solamente para
hacerte infeliz a ti, varios millones de venezolanos agradecen todos
los días por tener el Presidente que tienen.
Sé que nunca te
sentiste más optimista que ahora. Por primera vez sientes que ahora sí
hay un camino para salir de Chávez, crees que estás a punto de despertar
de una larga pesadilla. Pese a lo que dicen todas las encuestas de
algún prestigio, te has dejado convencer de que esta vez no puedes
perder. No quisiera cuestionar tus emociones ni sabotear tu esperanza.
Estoy seguro que después del 7 de octubre podrás comprender mejor lo que
voy a decirte, pero por favor escucha esto…
Esa transfusión de
“esperanza” artificial te está distorsionando la percepción, te obnubila
la conciencia, te bloquea el razonamiento y peor aún te impide ver el
riesgo que trae consigo cuando traten de hacerte creer que ustedes
ganaron pero hubo un horrendo fraude orquestado por el rrrrrégimen.
Comprendo
que es prácticamente imposible mostrar a alguien los defectos del ser
de quien se ha enamorado. Víctimas de Cupido, la mayoría de los
enamorados ven lo que quiere ver, se resisten a ver lo que no quieren y
sólo desean escuchar las bondades de su objeto amado. Lo trágico, en
este caso, es que tu Cupido habla inglés y a través de todos los medios a
su servicio lleva años disparando flechas envenenadas que en lugar de
amor hacen florecer el odio.
Te han manipulado con una idea
distorsionada de democracia. Te han dicho que se ésta se trata de ser
libres para pensar, para hablar y expresar “tus” ideas por cualquier
medio. Pero se hacen los locos con la parte difícil de la democracia.
Eso que llaman “tolerancia”. Eso que nos permite convivir en sociedad a
pesar de las diferencias, que es una de las condiciones para que siga
existiendo democracia y, sobre todo, para que haya paz.
Amigo
opositor, podemos estar en desacuerdo en muchas cosas, pero estoy seguro
de que al igual que yo, tú también quieres que en Venezuela haya paz.
Es cierto que algunos opositores fanáticos han llegado a invocar que nos
invadan los marines; que el alcohol corra primero por las venas para
que después la sangre corra por las calles; que aquí lo que hace falta
para salir de Chávez son unos cuantos muertos en alguna manifestación.
Es verdad que algunos han contratado francotiradores y paramilitares; es
verdad que en este instante muchos le imploran a Dios o al diablo que
antes del 7 de octubre termine de ocurrir ese bendito evento
catastrófico que cambie la conciencia de los indecisos, pero estoy
seguro que tú, siendo una persona sensata, no estás de acuerdo con esos…
¿excesos?
Y estoy seguro de eso porque nadie en su sano juicio
puede desear que falte la paz en el lugar donde vive, sonde viven sus
padres, donde viven sus hijos, donde viven sus seres queridos. Habría
que ser muy imbécil o estar psicológicamente muy enfermo para desear
algo diferente a la paz. A menos que de verdad no nos importe un comino
este país y tengamos la posibilidad de irnos en cualquier momento con
toda nuestra familia al extranjero.
El día del simulacro del CNE
escuché a tres señoras conversando. Acababa de pasar un grupo de
motorizados con banderas, franelas y gorras rojas y en un arrebato de
franqueza una de ellas, comentó: “…No los sopoooorto, es algo más fuerte
que yo, pero cuando los veo lo que me provoca es entrarle a patadas”.
Acto seguido, en tono de quien no mata una mosca, agrega: “les juro que
yo no soy así, yo soy la persona más pacííííífica del mundo, pero cuando
veo esa gente no sé qué me pasa”.
Le respondí en mi mente: yo sí
sé lo que le pasa señora, esa enfermedad que Ud. padece se llama
sobredosis de Globovisión. También podría ser de El Universal, de Tal
Cual, de El Nuevo País o todos los anteriores. En fin… sobredosis de
realidad virtual distorsionada. Sobredosis de odio inoculado. Te sonará
exagerado, pero lo que esa señora padece es la fase terminal de una
operación de guerra psicológica dirigida contra Chávez pero, sobre todo,
contra la Independencia Nacional, que ya tiene más de una década de
bombardeos sistemáticos.
En contraste con el comentario de esa
pobre señora, que en el fondo es una víctima de la guerra que el Imperio
nos ha declarado, quiero contarte una pequeña anécdota, que le escuche a
un amigo militar. Su hijo de 22 años le preguntó recientemente: -¿Papá
por qué tú eres tan chavista si el gobierno a ti no te ha dado ni
siquiera una casa? -Mira hijo, es vedad que el Gobierno no me ha dado
casa y gracias a Dios tuve la oportunidad de comprármela yo mismo; pero
¿sabes una cosa? Yo he visto entregar cientos de casas a gente que de
otro modo jamás habría podido tenerla y eso me hace inmensamente feliz.
Esa
respuesta me hizo recordar al “loco” Simón Rodríguez, cuando decía:
Piensa en todos para que todos piensen en tí. Allí está la clave del
país que estamos construyendo. Desde esa altura no se ve por ningún lado
“el camino” de la oposición venezolana, porque hace rato que se fue por
un abismo: El abismo de la dictadura neoliberal que está arrasando
Europa. El abismo del que los venezolanos nos hemos salvado,
precisamente, gracias a Hugo Chávez.
Lo último que quiero
pedirte, aunque te suene feo, es que te prepares para perder el próximo 7
de octubre. No es que yo sea adivino, pero es claro que perderán por
las mismas razones que han perdido todas las elecciones presidenciales
desde hace 14 años. ¿Quieres saber por qué? Porque sus líderes son
egoístas, porque su camino es groseramente capitalista y porque, pese a
todos los esfuerzos de ese diabólico Cupido, no son mayoría.
bazomanuel@gmail.com
___________________
"Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad... Haga circular esta información" - Rodolfo Walsh
"Ser
internacionalista es saldar nuestra propia deuda con la humanidad.
Quien no sea capaz de luchar por otros, no será nunca suficientemente
capaz de luchar por sí mismo" - Fidel Castro
No hay comentarios:
Publicar un comentario